El Grupo Asesor Científico Honorario alertó que si los casos diarios superaran los 100, se complicaría el rastreo. Salinas dijo que tiene “todo planificado” para actuar si eso ocurriera.
Uruguay enfrenta un nuevo pico de casos de coronavirus al registrarse ayer un aumento de los infectados en Montevideo, Cerro Largo y Colonia.
Las autoridades notificaron un triple récord con 80 nuevos casos de COVID-19, 559 personas enfermas y 4.341 análisis procesados como consecuencia de focos y brotes en diferentes zonas del país.
En Montevideo hubo 50 casos, la mayoría vinculados a contactos con personas infectadas en colegios; en Cerro Largo hubo ocho positivos, se cree que asociados a contagios entre jóvenes; y en Nueva Palmira se detectaron siete, en principio por contagios en un gimnasio.
En tanto, ayer se confirmó la muerte número 63 por la enfermedad. Se trata de un hombre de 90 años de Montevideo.
En una conferencia de prensa en Melo, la directora general de coordinación del Ministerio de Salud (MSP), Karina Rando, informó ayer que en ese departamento hay 1.000 personas aisladas a la espera de los resultados de sus hisopados. La jerarca anunció que se esperan entre 80 y 100 personas positivas allí. “Eso implicaría no uno o dos muertos, sino capaz que tres o cuatro”, comentó.
También envió un mensaje a los jóvenes: “Me pregunto cómo te sentirías si por pasar un rato agradable, que no parece de ninguna manera que le hace daño a alguien, una persona de tu familia o alguien de la familia de un amigo fallece por eso”. Destacó que los 1.000 exámenes que se van a realizar le salen al país US$ 100.000. “Y si esto se duplica, como parece, vamos a gastar US$ 200.000 por la actividad que se realizó en este pequeño grupo de chicos que quisieron divertirse”, dijo.
Mientras tanto, en Nueva Palmira, Colonia, hay 22 casos positivos de la enfermedad.
Rastreo de contactos
Para los expertos, los casos de coronavirus seguirán aumentando dada la aparición de nuevos brotes de COVID-19. Los miembros del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) han advertido que, en caso de trepar a más de 100 por día, se dificultará el rastreo de los contactos.
En el MSP advierten que tal escenario no los agarraría desprevenidos. El ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, dijo ayer a El País: “Tengo todo planificado si ascienden” los casos del virus. Agregó que se irá “ajustando” la respuesta en función de la evolución.
Fuentes del ministerio señalaron que “el problema tiene que ver con la cantidad de nuevos casos en un día y la disponibilidad de rastreadores en el sitio donde se producen”. En buena medida, la capacidad de responder con rapidez depende de la distribución geográfica del personal a cargo de rastreo.
En diálogo con El Observador en agosto, el matemático Fernando Paganini señaló que la situación sería “muy preocupante” si se registrara un número de casos diarios de “tres cifras”. Meses más tarde, el MSP contrató más rastreadores. Hoy hay unos 90 funcionarios dedicados a esto.
El sábado, en entrevista con El País, el coordinador del grupo, Rafael Radi, consideró que “si tenés una capacidad de rastreo muy robusta, capaz te podés bancar 200, 300 casos diarios sin perder el hilo”. Durante la charla también mencionó la posibilidad de “planificar” el ingreso de uruguayos no residentes que vendrán por fin de año, algo que preocupa.
“Si un mismo día nos llegan 20.000 personas, no tenemos forma de testearlos: ahí hay un primer cuello de botella. Yo diría que la capacidad (de testeo) de hoy es razonable y sólida para la realidad actual; va a estar desafiada con el ingreso y si se disparan los casos. Bueno, ahí hay que salir a expandirlos rápidamente”, dijo Radi.
Ayer, con radio Uruguay, Paganini dijo que se piensa “alguna forma de regulación de agenda para poder dosificar la cantidad de ingresos diarios”.
Vacunas contra el COVID-19
En la Organización Panamericana de la Salud (OPS) estiman que Uruguay, al igual que los otros 183 países que integran el fondo Covax, accederá a la vacuna contra el coronavirus en agosto de 2021. El gobierno ya se aseguró un millón y medio de dosis al entregar una partida de dinero.
El representante de OPS en Uruguay, Giovanni Escalante, dijo a El País que se estima que el 20% de la población de cada país asociado acceda a las dosis a partir del segundo semestre de 2021. “No es realista que este año tengamos disponibles las vacunas” dado que la producción de las mismas suele demorar 10 años, explicó Escalante. A su juicio, el verdadero “desafío” es la producción, por eso se pidió a todos los países que apoyen el financiamiento para asegurarse las dosis.
Mientras tanto, en el gobierno mantienen la decisión de no integrar otras listas de laboratorios que no sean los que ya están en el fondo Covax. De esta forma Uruguay se diferencia de lo que definió Argentina, que a pesar de ser parte del grupo también negocia acceder a una vacuna rusa. Salinas afirmó a El País que el único mecanismo al que adhirió el gobierno es el del fondo de OPS en el que ya se registran 10 vacunas que se encuentran en fase tres, es decir, en experimentos con pacientes.
Aunque las expectativas crecen en torno a las vacunas, los especialistas prefieren cautela. No solo por el tiempo que aún falta, sino porque disponer de una vacuna no garantizará una total vuelta a la normalidad.
Radi explicó a El País que el primer factor condicionante del éxito de la vacuna es qué tanta efectividad logre, que “difícilmente sea del 100%”. En un escenario hipotético, dijo el experto, una vacuna “muy buena” podría alcanzar el 70% de efectividad, lo cual implica que cada 10 vacunados hay siete protegidos y tres que seguramente se infectarán. “Esos siete van a generar una barrera a la diseminación porque se va creando una inmunidad de rebaño”, comentó.
Pero eso está sujeto a cuánta gente se puede vacunar y en cuánto tiempo. “Hay que pensarlo como un proceso. Y como un proceso en el que no necesariamente vamos a erradicar el virus”, agregó Radi. Se espera que con la vacunación el COVID-19 permanezca como un virus endémico, con un nivel de circulación muy bajo.
La estrategia de vacunación que se defina condicionará en buena medida cuánto dure ese proceso. Una opción es comenzar por el personal de la salud, lo cual “disminuye una de las grandes catástrofes que puede producir el virus, que es meterse en el sistema sanitario”, dijo Radi. “Después del personal de la salud, y si la fase 3 muestra que es segura la vacunación de mayores, podría irse a población de mayor edad con comorbilidades”, agregó.
La comisión técnico mixta que se creó entre el MSP y el GACH aún no ha tomado decisiones. Eso depende, en parte, de los resultados en fase 3, que podrán determinar si alguna población en particular tiene peores resultados que otros. “En un escenario muy optimista, el personal de la salud podría vacunarse en el primer trimestre de 2021, y tal vez algún grupo de riesgo en caso de que la fase 3 arroje suficiente tranquilidad”, proyectó el experto.
La dimensión global del virus es clave: no alcanza con que la población uruguaya esté vacunada para lograr la “nueva normalidad” que tanto se espera. Recién en 2022 o 2023, según Radi, se puede esperar que haya una cantidad suficiente de vacunados a nivel mundial, con lo cual la situación “se estabilizaría”.
¿Cuántos deberían vacunarse para tener una inmunidad de rebaño? Eso también está muy discutido a nivel internacional. Aunque algunos creen que 70% es “razonable”, hay quienes consideran que por la forma de transmisión de este virus, podría ser un poco menos ya que no toda la población es igualmente susceptible.
“Considero que escenarios de vacunas que tengan el 50% o 60% de eficacia van a generar un notorio cambio de la situación, en un proceso que va a llevar muchos meses, seguramente un año o más”, concluyó el especialista.
Carnaval en vilo ante situación epidemiológica de “incertidumbre”
La cifra récord de contagios en un solo día llevó a que se dilate la definición de un protocolo sanitario para los festejos de Carnaval. Las instituciones que nuclean a componentes, directores y empresarios del carnaval uruguayo esperaban que el Ministerio de Salud les autorizara ayer la apertura de escenarios, con determinada restricción del aforo, para los concursos y desfiles.
Pero la marcha epidemiológica del COVID-19 hizo que el director general de la Salud, Miguel Asqueta, les explicara a los carnavaleros que, con los números sobre la mesa, “es imposible” tomar una decisión inmediata. Lo que parecía ser una reunión de definiciones, acabó en una muestra de la marcha epidemiológica.
Según Carlos Nipoli, integrante de la comisión ejecutiva de la gremial de directores del Carnaval (Daecpu), “Asqueta se mostró muy receptivo y aclaró que no era la intención del ministerio prohibir nada, pero por ahora se dilata la definición”. En ese sentido, dijo Nipoli, las distintas agrupaciones se reunirán “en estos días para ver los pasos a seguir”.
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