El hecho ocurrió durate enero de 2020 en una vivienda que compartían Villa Gobernador Gálvez.
Un hombre de 49 años fue condenado hoy a prisión perpetua al término de un juicio oral realizado en Rosario en el que fue declarado responsable del femicidio de su pareja, de 44, asesinada de un disparo en la cabeza mientras dormía, informaron fuentes judiciales.
Un tribunal integrado por los jueces Mariano Aliau, Gustavo Pérez de Urrechu y Carlos Leiva condenó hoy a Juan Antonio Bracamonte (49) a la pena de prisión perpetua por los delitos de homicidio triplemente calificado por el vínculo, por alevosía y femicidio, ocurrido el 24 de enero de 2020.
Los jueces también condenaron al acusado por tenencia ilegítima de arma de fuego, que empleó en el crimen de su esposa, agregaron los informantes.
Los fiscales del caso, Georgina Pairola y Matías Edery, acusaron a Bracamonte del asesinato de su pareja, Marisa Alejandra Molina, en un contexto de violencia de género expresada tanto en términos físicos, como económicos y simbólicos.
El crimen ocurrió alrededor de las 3.30 de la madrugada del 24 de enero de 2020 en la vivienda que ambos compartían en calle Paraguay al 500 bis de la localidad de Villa Gobernador Gálvez.
“Molina era pareja y concubina del imputado al momento del hecho, el cuál fue perpetrado con el propósito de darle muerte, provocándole una herida que le causó el fallecimiento, aprovechándose de la confianza existente entre ambos y del estado de indefensión en que se hallaba la víctima”, informó hoy el Ministerio Público de la Acusación (MPA).
Según se ventiló a lo largo de las audiencias del juicio oral, que se inició el 15 de diciembre pasado, el ahora condenado mantenía una relación celos “excesivos e infundados” para con la víctima, quien suspendió los partidos de fútbol con sus amigas por el malestar que le causaba al esposo.
Testigos también señalaron que el hombre no tenía relación con la familia de la mujer, quien llegó a ir a escondidas al casamiento de su hermana.
También relataron hechos vinculados a la violencia económica, como la indisponibilidad de la mujer de contar con dinero para cargar la tarjeta de colectivo para moverse con autonomía.
Otros relatos producidos durante el proceso indicaron que la mujer se refería a su esposo como “carcelero”, demostrativo de una relación desigual de poder en la que el hombre ejercía el control sobre las acciones de la víctima.
La pareja tenía hijos en común y estuvo junta por más de 20 años.
Finalmente, de acuerdo a lo revelado durante el juicio, la madrugada del 24 de enero Bracamonte disparó en la cabeza de Molina con una pistola calibre 38 milímetros, mientras la mujer dormía.
El tribunal entendió que quedó probada la responsabilidad penal del acusado en el asesinato, y le dictó una pena de prisión perpetua.
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