Los hechos sucedieron el viernes pasado en la ciudad de Jangebe, en el estado de Zamfara, al norte de Nigeria.
El papa Francisco condenó el “vil secuestro” de 317 adolescentes cometido por presuntos milicianos islamistas el viernes pasado en un colegio pupilo en el estado de Zamfara, en Nigeria.
“Uno mi voz a la de los obispos de Nigeria para condenar el vil secuestro de 317 muchachas”, declaró el pontífice ante miles de fieles, tras la oración dominical del Angelus en la plaza San Pedro en el Vaticano.
“Recemos por estas jóvenes, para que vuelvan rápidamente a casa”, agregó, citado por la agencia de noticias AFP.
Hasta ahora, unas 50 chicas lograron escapar, mientras que la Policía del estado y el Ejército continuaban hoy en un operativo de rescate conjunto.
Este secuestro de adolescentes es el más reciente de una larga serie perpetrada en el centro y noroeste de Nigeria por milicias islamistas, principalmente Boko Haram.
Ante cada nuevo secuestro masivo, las autoridades federales o locales afirman que no pagarán un rescate para la liberación de los rehenes, algo que es poco probable según los expertos en seguridad que temen que este tipo de delito se multiplique en la región.
Estos grupos armados -algunos con cientos de combatientes y otros con apenas unas decenas- actúan principalmente con fines de lucro y no por razones ideológicas, aunque algunos están vinculados con grupos yihadistas en el noreste.
Su número es incierto, pero estas milicias atraen cada vez más a jóvenes desocupados en esas regiones, que registran más de 80% de pobreza extrema en su población.
La violencia criminal de estos grupos dejó más de 8.000 muertos desde 2011, y obligó a unas 200.000 personas a huir de sus casas, según un informe del grupo International Crisis Group (ICG), publicado en mayo de 2020.
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